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Marketing Viral

POR Guillermo Bellido

Marketing Viral

El término marketing viral fue mencionado por primera vez en 1993 por Douglas RushKoff en su libro “Media Virus”, ese mismo término se usó más adelante para dar nombre a la práctica de envíos de correos electrónicos con publicidad, el “buzoneo” de toda la vida, si, esa publicidad en papel  que sigues recibiendo en tu buzón de correo en tu casa. 

 

El funcionamiento era simple, al menos en los noventa, y  en cuanto damos con un cliente interesado en aquello que publicitamos, lo compartirá entre sus contactos de intereses similares,  expandiéndose como un virus, y a su vez, sus contactos harán lo mismo que el primer usuario convirtiendo esa publicidad en viral.

 

En la actualidad la esencia del marketing viral es la misma, lo que ha cambiado son las formas de consumo que los usuarios han adoptado en el entorno digital. Además, la forma en que se comunican los usuarios está en constante cambio, como la tecnología que da forma a todas esas apps que utilizamos para relacionarnos. Lo que ayer fue tendencia hoy está desfasado.

 

El éxito en una campaña de publicidad no está asegurado pues el usuario cada vez es más exigente y conoce los mecanismos del marketing. 

 

Si desconoces qué es el fenómeno viral puedes ver este breve vídeo:

 

Para que el fenómeno viral suceda es necesario que se den estos tres pasos: :

Creación: Para que algo se convierta en viral debe de existir o alguien debe de crearlo. Ya sea un baile, un meme, una canción o cualquier tipo de acción, una persona será la primera que impulse el fenómeno viral. 

Réplica: Para que se convierta en viral y no en una acción aislada, debe ser replicada por diferentes seguidores que a su vez atraerán a nuevos seguidores. El primer seguidor será el que cree el punto de inflexión, aquel que rompa el hielo haciendo que más seguidores se unan.  

Expansión: Cuando el individualismo desaparece aparece la pluralidad. Ahí es donde aparece el impulso diferenciador y lo que hacían unos pocos ahora lo hacen muchos. El líder se diluye con el resto del grupo siendo todos iguales a los ojos de cualquiera. Nadie podría diferenciar al líder de los seguidores en estos momentos. Aquellos individuos que no se habían unido al fenómeno viral terminan participando porque la colectividad hace que no sean el foco de atención y así participarán en algo novedoso que les hace sociabilizar como grupo y sentir que forman parte de algo común. 

 

No todas las campañas de marketing viral se convierten en fenómenos virales. Es más probable que aparezca un fenómeno viral espontáneo, que uno elaborado para tal fin. 

 

Lo que está claro es que para que el fenómeno viral exista es necesario contar con un líder y seguidores. 

 

Líder:  Debe existir una persona (líder) que es quién inicia el movimiento. Al comienzo él no sabe que será el líder ni que está generando un movimiento viral y eso es lo que le hace realmente  auténtico.  

Seguidores: Son aquellos que se unen al movimiento y que actúan del mismo modo que lo hace el líder. Para que el movimiento se extienda rápidamente ha de ser sencillo, como el baile del vídeo y que cualquier seguidor sea capaz de replicarlo. 

 

El punto de inflexión que lleva al éxito es igual de misterioso que el fenómeno viral. Da igual que contemos con el mejor equipo de producción y los mejores profesionales si no somos capaces de conectar con nuestros seguidores. Pero lo que está claro es que los fenómenos virales “aparecen de la nada” y cuentan con el componente social, es por ello que debemos conocer bien al público que vamos a dirigirnos para que el porcentaje de éxito de nuestra campaña de marketing aumente. 

 

En el ecosistema blockchain, a pesar de su temprana existencia, también existen este tipo de fenómenos.  Hablemos de Dogecoin (DOGE). Muchos de vosotros conoceréis el siguiente meme: 

 

Para el que no lo conozca es un meme que nació en 2013  al igual que la criptomoneda Dogecoin (DOGE) que se basa en ese meme.. Por aquel entonces el bitcoin se vió envuelto en temas turbios de la Dark Web y un programador de IBM, Billy Markus, quiso crear una criptomoneda que nada tuviera que ver con la Dark Web y que se convirtiera en la moneda del pueblo. 

 

Dogecoin vivía tranquilo entre cientos de criptodivisas hasta que un día Elon Musk lo mencionó en su cuenta de twitter y desde entonces, con sus más y sus menos, la criptomoneda no ha hecho más que aumentar su valor. 

 

Algo similar sucedió con Shiba Inu (SHIB). Esta criptomoneda fue creada en 2020 por un desarrollador anónimo llamado Ryoshi como una alternativa a Dogecoin (DOGE) en la blockchain de Ethereum.  Elon Musk publicó una foto de su perro, de raza Shiba, y la criptomoneda no paró de crecer haciendo que una única cartera aumentase en valor de 75 millones de USD en tan solo cinco días. 

 

Dejando a un lado las criptomonedas, también hay casos de Marketing Viral en el entorno de los NFT. Es más que probable que leas NFT y en tu cabeza se recree un mono aburrido. Si, eso es, Bored Ape es otro de esos fenómenos misteriosos que consiguen viralizarse hasta tal extremo, que marcas no endémicas como adidas, han decidido sumarse a la moda de los NFT y el metaverso.  

 

Y vosotros/as, ¿creéis que el Marketing Viral es culpable de estos casos de éxito o que el azar es el protagonista del éxito de los fenómenos virales? 


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